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ALBAYAR. Entre TERUEL y ZARAGOZA

Ha fallecido Joaquín Campo Betés

Ha fallecido Joaquín Campo Betés

La muerte de un amigo siempre desconcierta y aflige, pero en el caso de Joaquín el sentimiento es de profundo desconsuelo.

Se nos ha ido muy pronto, en un momento de plenitud que compartía con las personas que lo queríamos. Joaquín pertenecía a la categoría de los «buenos», era un ser apasionado y generoso que se empeñaba a veces en disfrazar su ternura de aspereza.

Era además un gran aragonés. Natural de Barbastro, quería a su tierra y a la de su padre, Bestué, el pueblecito del Alto Aragón al que solía ir en verano, pero adoraba también la de su madre, que era natural de Villarluengo. Eso no impidió que estableciera un vínculo especial con los pueblos de la comarca del Jiloca: Fonfría, Loscos y Calamocha.

Como a tantos, la vida profesional lo llevó a Zaragoza, donde sacaba adelante, junto con su socio y amigo Dionisio Platel, el proyecto de Taula Ediciones, una editorial que en los últimos doce años viene rescatando del olvido todo un auténtico corpus de literatura popular aragonesa.

Una de las tareas a las que se entregaba con más gusto era la organización en Loscos de la Justa Poética del Venerable Anadón, un sentido homenaje anual al dominico del siglo XVI Domingo Anadón, que rememora la justa celebrada en honor del religioso con ocasión de su fallecimiento.

Joaquín pertenecía, por proximidad afectiva, al Centro de Estudios del Jiloca, organización cultural ejemplar de la que fue mucho tiempo secretario y de la que seguía formando parte como vocal de su junta directiva. Era además investigador, y alguna de sus contribuciones de carácter etnológico pueden leerse hoy en las páginas de las revistas de esta institución cultural.

El trabajo de editor lo llevaba a las distintas ferias del libro de las ciudades y pueblos de Aragón. Se sentía muy feliz cuando confraternizaba con las gentes que acudían a su puesto de venta a las que sabía «embaucar» con su bondad y su humor somarda. Se emocionaba cuando conseguía convencer a los jacetanos de las bondades del libro de Carmen de Burgos, ’Los endemoniados de Jaca’; o cuando en la última feria de Teruel había conseguido «triunfar» con la publicación del ’Cancionero popular turolense’ de Severiano Doporto; o con la novelita de Magdalena de Santiago-Fuentes `Visión de vida’, en Sabiñánigo.

He tenido la fortuna de acompañarlo, además de a las reuniones y comidas compartidas con los amigos del Centro de Estudios del Jiloca, a lugares como Villarroya de la Sierra, Molinos, Torre los Negros, Calamocha o Teruel con ocasión de la presentación de libros sobre vidas de maestros aragoneses ejemplares y desconocidos.

Todo ello ha favorecido la buena amistad anudada con él; y a fe que disfrutábamos charlando de proyectos editoriales y de toda suerte de anécdotas relacionadas con la literatura costumbrista de autores buenos o regulares. En esos ratos de confidencias, he podido comprobar el gran sentido familiar que lo caracterizaba y el cariño que sentía hacia sus hermanos, Marisa y Manuel. Sé que todos los amigos del Centro de Estudios del Jiloca sienten ahora un estremecimiento parecido al mío a la protección de todos ellos me acojo para rogar por su eterno descanso.

FERMÍN EZPELETA AGUILAR

Investigador y profesor

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